Tal como nos sugiere la imagen del esqueleto con sombrero de copas mirándonos a través de cuencas vacías: ¡Esto es poesía!
El centro de todo el disco es el tema que la da el nombre al mismo, su poco mas de 20 minutos se diluyen entre esa atmosfera etérea, mística, misteriosa… Al iniciar te conduce con ese sombrío pasaje armónico, un solo latir de una lira de cuerdas de nylon entre voces espectrales, hasta estallar un repetitivo coro que hace brotar del espacio luz y oscuridad en yuxtaposición, para luego finalizar con un paseo desolado entre movimientos de guitarra española y graznidos de gaviotas. ¡Vaya! se me ha venido la vida encima, Fueron veinte minutos de muerte… Si este tema no te produce ninguna sensación, ¡cuidado algo anda mal contigo!
Mas allá del tema ‘’Gravedigger’’ -que ya es suficiente razón para reconocer el valor de esta placa- Janus nos deleita con temas de la altura de ‘’Red Sun’’ o la pesada ‘’I Wanna Scream’’
¿Recomendado?... Bah! Esto es imperdible, en pocos discos se puede encontrar a dos guitarristas tan distintos, uno influenciado por los movimientos de la guitarra clásica -prototipo Andrés Segovia- y el otro por los parámetros del Hard Rock. Sin dudas, así son las dos caras que manifiestan, al igual que la deidad romana Janus.
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